Me quedo mirando una flor que se seca sobre la mesa: los pétalos se arrugan como si envejecieran, las espinas no parecen capaces de abrir la carne nunca más, falta de luz, una sombra se cierne sobre ella con calma, sus colores de a poco se apagan.

¿Debería estar triste?

Un insecto precioso -parásito- se posa sobre ella y puedo sentir como se lamenta detrás de esos ojos de insecto y esas antenas de insecto. Nadie más escucha su pena.

¿Debería estar triste?

La luna se asoma por la ventana abierta y sopla un viento que suena como un llanto, su luz no puede ahuyentar la sombra que lento lento se cierne sobre la flor.

¿Debería estar triste?

¿hogar?